LAS VACAS

Actualmente en la Selvatana viven 70 vacas adultas y unas 50 terneras, de razas Frisona, Montbeliarde y Jersey. En la granja las vacas nos viven muchos años, y mezclar razas nos proporciona una mayor rusticidad, capacidad de pastoreo, adaptación a las altas temperaturas del verano y una leche con más grasa ideal para la elaboración del queso o requesón.

Las vacas son muy sociales, jerárquicas, curiosas y rutinarias. Durante el día comen, juegan, se relacionan y yacen en el lecho mientras que por la noche la actividad es muy baja. Si no hace viento ni llueve, por la noche las ves a todas desfilando hacia los pastos a dormir bajo las estrellas. ✨

Las vacas son muy contemplativas, se están el 40% del día rumiando, pasan unas 6/7 horas del día ingiriendo alimentos y alrededor de 8 h masticando. Por más que a menudo parezca que están distraídas sin hacer nada estamos seguras de que quedaríamos paradas si pudiéramos saber en qué piensan... Tienen un excelente sentido del olfato, y es que huelen hasta una distancia de 10 km, y pueden detectar situaciones estresantes a través de la orina o estiércol de sus compañeras, es fascinante.
Además, hemos podido comprobar en diversas situaciones que captan nuestro estado de ánimo, y frente a la tristeza son el mejor consuelo.

Antiguamente, ordeñamos las vacas en la sala de ordeño, ellas son muy rutinarias, y todas sabían que a las 7 de la mañana ya las 18 de la tarde era la hora de ordeñar, todas a la vez, era un trato de rebaño.

Es el sistema tradicional, estábamos contentas, pero sabíamos que cada vaca es diferente y tiene sus propias necesidades, por lo que apostamos por un robot automático de ordeño y ahora el trato es individualizado.
El robot es suyo, y ahora son ellas quienes deciden cuándo quieren venir a ordeñar, y como el robot funciona las 24h, hay momentos para todas.

Todas las vacas de la granja son descendencia de las primeras que entraron en La Selvatana en el año 70, son un "grupo burbuja" con el sistema de defensas totalmente adaptado al microclima biológico de la granja. Todas las hembras se quedan en casa para convertirse en las vacas del mañana, y trabajando con cariño las cosas siempre salen mejor.

Con 40 kilos de peso al nacer, sólo tardan 30 minutos en ponerse en pie y empezar a mamar. Durante al menos tres meses se alimentarán con leche de su madre. Después, con el rumen funcional, ya pasarán a una dieta herbívora propia de rumiantes.